Sostengo la teoría de que la supervivencia del Pueblo Gitano es un milagro después de tantos siglos, no solo de marginación, sino de cruel persecución que encuentra su punto de mayor gravedad tras el genocidio que contra nosotros supuso la política nazi durante la segunda Guerra Mundial.
Casualmente, en el día 16 de mayo coinciden dos acontecimientos de gran importancia en la historia reciente del Pueblo Gitano. Por eso esta fecha cobra una doble importancia La primera de todas ellas es la siguiente:
16 de mayo de 1940
El 21 de septiembre de 1939, Reinhard Heydrich, jefe de la Oficina Principal de Seguridad del Reich, decidió deportar a 30.000 gitanos alemanes y austriacos al Este, es decir, donde estaba el llamado Gobierno General, un lugar dentro de la Polonia ocupada por los alemanes. Pero este plan fracasó porque se opuso el general Hans Frank que era algo así como el nuevo presidente nazi de la Polonia ocupada. De hecho, gobernó Polonia ―donde estaban los principales campos de concentración y de exterminio― durante seis largos años. Este infame general se opuso al traslado inmediato de los 30.000 gitanos alemanes al campo de Auschwitz porque quería que primero fueran los judíos alemanes los que fueran deportados. Pero al final tuvo el merecido castigo que se merecía. Cuando los soldados soviéticos comenzaron la ofensiva a través del rio Vístula, salió huyendo de Polonia y pocos meses después le apresaron los soldados norteamericanos. Le procesaron en los Juicios de Nuremberg por ser uno de los diseñadores del Holocausto y se le encontró culpable de Crímenes de Guerra y de Crímenes contra la Humanidad. Fue condenado a morir en la horca y colgado por el cuello el 16 de octubre de 1946.
Seguimos con el discurrir de los acontecimientos. Una vez decidido que no era posible trasladar de forma inmediata a los 30.000 gitanos alemanes a los campos de concentración establecidos en Polonia, el 17 de octubre de 1939, Adolf Eichmann recomendó que la “Cuestión Gitana” se solucionara a la vez que la “Cuestión Judía”. Heinrich Himmler firmó una orden enviando a los gitanos de Alemania a Auschwitz para lo cual se emitió un decreto que prohibía a los gitanos abandonar sus lugares de residencia. Con esto, la mayoría de los historiadores coinciden en afirmar que la “Solución Final de la Cuestión Gitana” había empezado.
El 27 de abril de 1940, el comandante en jefe de las SS, el mismísimo genocida Heinrich Himmler, ordenó la deportación de 2.500 gitanos a los territorios polacos ocupados. La orden se cumplió unos días más tarde y el 16 de mayo de 1940 fueron llevados a Auschwitz. Ninguno sobrevivió.
Como todas las ratas cobardes de alcantarilla, este asesino que estuvo al frente de todos los campos de concentración y exterminio del régimen nazi, que fue fundador de las SS y de la Gestapo, responsable junto a Hitler de la muerte de cinco millones de judíos y medio millón de gitanos, huyó en cuento las tropas aliadas se aproximaron a su guarida. Fue detenido y se hicieron cargo de él los soldados británicos. El 23 de mayo de 1945 se suicidó. Su alma está desde entonces ardiendo en las profundidades del Infierno.
16 de mayo de 1944
En el mes de mayo de 1944 los alemanes decidieron liquidar el campo de exterminio que congregaba en Auschwitz-Birkenau unos seis mil gitanos, adultos, ancianos y niños. Ya no les eran rentables para los trabajos forzados que hacían los que aun les quedaban algo de fuerzas y los niños ya no les eran necesarios al Dr. Joseph Menguele para realizar con ellos los más terribles experimentos. Por otra parte, el lugar del campo reservado a las familias gitanas estaba plagado de epidemias y enfermedades mortales. El tifus, sobre todo, la disentería y la viruela hicieron estragos. Ante este panorama, el mismísimo Heinrich Himmler, comandante supremo de las terroríficas SS, dio orden de que los mataran a todos en un solo día.
Pero ocurrió que el director del Campo Gitano, “Zigeunelager” como se le denominaba en alemán, era un miembro de la Waffen-SS llamado Georg Bonigut. Había sido nombrado en abril de 1944, es decir, un mes antes de que se diera la orden de acabar con todas las familias gitanas. Suponemos que debió sentir un impulso de compasión por lo que en la noche del 15 de mayo se lo dijo a Tadeusz Joachimowski que era un preso político que ejercía de escribano o “trabajador administrativo” del campo gitano. “La cosa en el área de los gitanos se pondrá pesada; hay una orden para liquidarlos.” Joachimowski no dudó en comunicarlo a dos prisioneros quienes corrieron la voz sigilosamente a la mayoría de ellos. “Mañana vendrán a por nosotros y moriremos todos”. La estimación oficial indica que en ese momento había en el campo de Auschwitz unos 6.000 gitanos.
Pero resulta que cuando las temibles SS fueron a llevarse a las familias gitanas, éstas ya estaban preparadas para impedirlo y se atrincheraron. Uno de los participantes en el levantamiento, Willi Ernst, superviviente de aquel momento, recordó que “nuestro líder del barracón nos advirtió de que seríamos gaseados al día siguiente, por lo que todos y todas nos armamos como pudimos. Yo mismo tenía un cuchillo, otros tenían herramientas de trabajo y otros incluso con piedras. No fuimos a la cámara sin luchar”
Lo que sucedió la noche del 16 de mayo de 1944 lo relató después el propio Joachimowski: “Ese día, cerca de las 19:00 horas, escuché el gong que anunciaba el bloqueo del campo. Hasta el sector de los gitanos llegaron vehículos de los que descendieron entre 50 y 60 hombres de las SS armados con metralletas. Algunos de ellos entraron a las barracas y al grito de ‘¡Vamos! ¡Vamos!’ les ordenaron salir”. Pero esa noche nadie salió. Según el testigo, dentro de las barracas reinó un silencio absoluto y los miles de hombres, mujeres y niños que ahí habitaban se atrincheraron, negándose rotundamente a abandonarlas. Muchos habían logrado armarse con cuchillos, palancas y piedras. Estaban decididos.
El testimonio de Joachimowski continúa: “Después de un rato, escuché el silbido que ordenaba a los hombres que rodeaban las barracas retirarse. Volvieron a sus vehículos y se marcharon. El día siguiente, Bonigut vino a mí y me dijo: ‘Por ahora los gitanos están a salvo’. Fue así que el primer intento de liquidarlos fracasó”.
La escritora Yetlaneci Alcaraz nos proporciona un valioso testimonio de lo que ocurrió aquel 16 de mayo de 1944. Con piedras, ―ha escrito― palos y a golpes de madera, los gitanos y las gitanas lograron lo imposible: que las SS, impotentes ante esta oposición inesperada, se retiraran. Gracias a su resistencia, pudieron salvar sus vidas durante un día más. Gracias a su levantamiento, consiguieron posponer el asesinato de los allí presentes. Incluso en momentos sin esperanza, no se rindieron sin luchar hasta el final.
El día 16 de mayo, por partida doble, es el día de la Resistencia Gitana.
Con lágrimas en los ojos y el corazón encogido al adivinar tanto sufrimiento de seres inocentes, hoy levantamos la voz para gritar por ellos ¡Naís, naís! (Gracias, gracias) ¡Opre rromá! (viva los gitanos)
Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya
Abogado y periodista
Roma Resistance Day
I have always thought that the survival of the Gypsy People is a miracle after so many centuries. We have not only suffered marginalization, but also a cruel persecution that finds its point of greatest gravity during the Second World War and the Nazi period.
On May 16th two events of great importance for the Gypsy People took place.
May 16th, 1940
On September 21st, 1939, Reinhard Heydrich, head of the Reich’s Main Security Office, decided to deport 30,000 German and Austrian (rroma) Gypsies to East Europe, that is, where the so-called General Government was. A place in Poland that had been occupied by the Germans. The plan failed because General Hans Frank, the Nazi President of occupied Poland opposed to it. In fact, he ruled Poland – where the main concentration camps were – for six long years. This infamous General opposed the immediate transfer of the 30,000 German Gypsies to Auschwitz because he wanted the German Jews to be deported first. But in the end, he had the punishment he deserved: when the Soviet soldiers began the offensive across the Vistula River, he fled Poland and a few months later the North American soldiers captured him. He was prosecuted at the Nuremberg Trials for being one of the designers of the Holocaust and he was found guilty of War Crimes and Crimes against Humanity. He was sentenced to death on October 16th, in 1946.
Having decided that it was not possible to immediately transfer 30,000 German Gypsies to the concentration camps in Poland, on October 17th, 1939, Adolf Eichmann recommended that the “Gypsy Question” should be solved parallelly as the “Jewish Question”. Heinrich Himmler sent dozens of Gypsies from Germany to Auschwitz: the “Final Solution of the Gypsy Question” had begun.
On April 27th, in 1940, the SS commander-in-chief, Heinrich Himmler, ordered the deportation of 2,500 Gypsies to the occupied Polish territories. The order was carried out a few days later and on May 16th. None of them survived.
On May 23th in 1945, Himmler committed suicide. He had been in charge of all the concentration and extermination camps during the Nazi regime. He had founded the SS and the Gestapo and, together with Adolf Hitler, was the responsible of the death of five million Jews and half million Gypsies. Since he died, his soul has been burning in the depths of Hell.
May 16th, 1944
In May 1944, the Nazis decided to exterminate the six thousand Gypsies that were in the Auschwitz-Birkenau camp. There were adults, bus also old people and children. They were no longer profitable for the forced labor and the children were no longer necessary for Dr. Joseph Menguele “experiments”. On the other hand, the place in the camp reserved for Gypsy families was plagued with epidemics and deadly diseases such as typhus, dysentery, and smallpox. Himmler ordered the mass killing of the Gypsy community in the camp.
But something happened: the director of the Gypsy Camp, Georg Bonigut, and a member of the Waffen-SS, might had felt compassion, because he told to a political prisoner, Tadeusz Joachimowski, about the plans Himmler had. “There is an order to liquidate them”, he confessed to Joachimowski”. Joachimowski did not hesitate to tell it to two prisoners who quietly spread the word around the camp “Tomorrow they will come for us and we will all die”. At that time, there were 6,000 Gypsies in the Auschwitz camp.
It turned out that when the SS appeared, the gypsy families were ready to fight back. They were already prepared to prevent it. One of the survivors in the uprising, Willi Ernst, remembers: “the leader of our barrack warned us that we would be gassed the next day, so we all armed ourselves the best we could. I had a knife, others had working tools, and others grabbed some heavy stones. We wouldn’t go to the gas chamber without fighting”.
Joachimowski himself told what happened during the night of May 16th, 1944 “That day, around 7:00 p.m., I heard the gong announcing the blockade of the camp. Some vehicles reached the Roma sector and around 50 to 60 SS armed men appeared. Some of them entered the barracks and shouted: “Come on! Come on!”. But no one went out. According to the witness, the silence reigned inside the barracks and the thousands of men and women refused to abandon them. Many had managed to arm themselves with knives, crowbars, and stones. They were determined to fight back the Nazis.
Joachimowski’s continues: “After a while, I heard the whistle ordering the men around the barracks to retreat. They returned to their vehicles and left. The next day, Bonigut came to me and said, “for now the gypsies are safe.” The first attempt to exterminate them had failed.
The writer Yetlaneci Alcaraz explains: “With stones, sticks and wooden blows, the Gypsies achieved the impossible. The SS corps were not expecting their resistance and they had to abort the operation. Thanks to the resistance, the Roma were able to save their lives for one more day. Thanks to their uprising, they managed to postpone their own murder. Even in hopeless moments, they never gave up because they always fought”.
And that is why, on May 16th, we celebrate the Gypsy Resistance.
With tears in our eyes and a shrunken heart when remembering so much suffering today we raise our voices to shout for them ¡Naís, naís! (Thanks, thanks) ¡Opre rromá! (long live the gypsies)
Juan de Dios Ramírez-Heredia Montoya
Lawyer and journalist